Mitos y realidades de la salud mental

martes, 28 de febrero de 2023

Salud mental

    
En la actualidad la salud mental sigue envuelta en un sinfín de mitos y tabúes que, lejos de ayudar, entorpecen la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado de las personas con problemas de salud mental.

    En este artículo descubrirás algunas realidades sobre la salud mental y las enfermedades mentales.

¿Qué es la salud mental y quien participa de ella?

    Empecemos por definir la salud mental, la cual es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el estado de bienestar en el que la persona realiza sus actividades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad.

    La salud mental no solo es manejada por el psiquiatra o psicólogo, también se incluyen distintos espacios que complementan la concientización de la enfermedad mental en la comunidad y el bienestar de los pacientes.

    Es una lucha que involucra gobiernos, comunicadores, medios audiovisuales, médicos, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales, familia, amigos, compañeros, entre otros.

Determinantes de la salud mental

    A lo largo de la vida, múltiples determinantes individuales, sociales y estructurales pueden combinarse para proteger o dañar nuestra salud mental y cambiar nuestra situación respecto a ella.

    Factores psicológicos y biológicos individuales, como las habilidades emocionales, el abuso de sustancias (alcohol, tabaco, drogas) y la genética, pueden hacer que las personas sean más vulnerables a las afecciones de salud mental.

    La exposición a circunstancias sociales, económicas, geopolíticas y ambientales desfavorables, como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, también aumenta el riesgo de sufrir afecciones de salud mental.

Cifras que no hay que menospreciar

    Según la OMS para 2030 los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo.

Depresión en el trabajo

    En 2019, una de cada ocho personas en el mundo padecía un trastorno mental, siendo la ansiedad y la depresión los más frecuentes.

    Durante la pandemia por el COVID-19 en 2020, los trastornos mentales aumentaron un 25%, destacando la ansiedad y los trastornos depresivos. 

    En la actualidad, el 12.5% de todos los problemas de salud están relacionados con los trastornos mentales, esta cifra supera a las enfermedades cardiovasculares (hipertensión, insuficiencia cardiaca, angina de pecho, etc.) y el cáncer.
 
    Un dato interesante es que el 50% de los problemas de salud mental en los adultos comienzan antes de los 14 años y el 75% antes de los 18 años. Es importante poner atención a la salud mental de los niños.

    Uno de cada siete adolescentes de 10 a 19 años padece algún trastorno mental. 

    15% de los adultos mayores de 60 años sufren algún trastorno mental. 

    Cada año 700,000 personas en el mundo se suicidan. El suicidio es la cuarta causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.

    Se estima que entre el 35 y el 50% de los pacientes mentales, no reciben ningún tratamiento o el tratamiento no es el apropiado. Esta cifra empeora en los países de ingresos bajos y medios, donde se eleva entre un 76 y 85%.

Estigma social de los problemas de salud mental

    El miedo y la estigmatización siguen gobernando los temas relacionados con la salud mental, principalmente por el desconocimiento que existe sobre este tipo de enfermedades, tanto para su diagnóstico como en su abordaje. 

    a estigmatización y discriminación que generan los problemas de salud mental causan el silencio de estas condiciones en algunas personas por vergüenza y temor al rechazo.

    El estigma social de los pacientes con problemas mentales, los cuales podemos ser nosotros mismos, un familiar, un amigo o un conocido, empiezan desde la palabra. 

    Es común escuchar decir que si acudes al psiquiatra o necesitas un psiquiatra es porque estás loco o demente. 

Estigma social

    El empleo de términos correctos y la comprensión de las palabras, contribuye a disminuir el estigma sobre la población afectada, además que mejora la convivencia social tanto para los pacientes como para sus familias.

    El uso de términos como enfermo mental, trastornado, loco, lunático, entre otros, que se utilizan comúnmente para llamar a las personas con problemas mentales, tienen un impacto descalificatorio y además denotan desprecio y poco respeto sobre quienes son utilizados. 

    Estos términos, además de ser inexactos, son ofensivos y anticuados, conllevan a la ignorancia y conducen al estigma y la discriminación. 

    Es frecuente escuchar estas palabras vinculadas a comportamientos extraños, peligrosidad o burla, situaciones que son incorrectas de asociar con las personas con problemas de Salud Mental. 

    Otras palabras que han quedado desfasadas en el tiempo son manicomios, psiquiátricos, loquero o frenopático, las cuales se utilizaban para designar las instituciones en las que una persona con problemas de salud mental recibe tratamiento. El término adecuado es centro de salud mental.

Mitos y realidades sobre los problemas de salud mental

    Eliminar distintos mitos que aún existen sobre los trastornos mentales, permitirá un mayor acercamiento de los pacientes en etapas iniciales al médico especialista. 

    También contribuye con la correcta adhesión al tratamiento de los pacientes ya diagnosticados que se encuentran en tratamiento actualmente, ya que el sentirse comprendidos, escuchados y tomados en consideración, les permitirá afrontar su tratamiento de una forma más cómoda. 

    A medida que se fomente la educación en la sociedad sobre la salud mental disminuirá el estigma y la discriminación que acompaña a este tipo de enfermedades. 

Mitos y realidades de la salud mental

    Estos son algunos de los mitos más frecuentes sobre las enfermedades mentales y la salud mental:

         Mito: los problemas de salud mental son infrecuentes, ocasionales o aislados. 
         Realidad: En 2019, casi mil millones de personas de todo el mundo estaban afectadas por un trastorno mental.

         Mito: las personas con trastornos mentales son violentas, peligrosas o imprevisibles.
         Realidad: las personas con un trastorno mental no son más violentas que el resto de la sociedad, incluso resultan ser víctimas de violencia con mayor frecuencia. 

         Mito: las personas que padecen enfermedades mentales están incapacitadas, los trastornos mentales son incurables y no permiten tener una vida plena. 
         Realidad: con el tratamiento adecuado y oportuno, las personas pueden tener un entorno social y familiar favorable, además de superar las limitaciones parciales y transitorias del trastorno mental que padecen. 
        
        Esto les permite trabajar, mantener adecuadas relaciones sociales, vivir en familia, cuidar a sus hijos, etcétera. 

         Mito: los trastornos mentales deben ser representados con imágenes que transmitan peligrosidad, sufrimiento, oscuridad, aislamiento social, que motiven compasión o rechazo. 
         Realidad: estas representaciones deben ser rechazadas y eliminadas de todo ámbito comunicativo, ya que lejos de transmitir la realidad de los trastornos mentales, causan discriminación hacia estas personas. 

         Mito: se debe tratar a las personas con problemas de salud mental con compasión, sobreprotección y paternalismo. 
         Realidad: la mayoría de las personas con un trastorno mental son capaces de participar activamente y disfrutar como cualquier otra persona en espacios de la comunidad, ámbitos laborales, educativos y recreacionales de cualquier tipo. El estigma social y el propio de la persona que padece la enfermedad mental, son las razones que limitan el acceso a estos ámbitos. 

         Mito: los trastornos mentales están asociados a discapacidad intelectual. 
         Realidad: los problemas de salud mental no suponen, ni tienen porque asociarse con una discapacidad intelectual. La neuroplasticidad del cerebro permite que estas personas mantengan su nivel cognitivo de forma óptima.

         Mito: Las personas con enfermedades mentales son incompetentes para tomar decisiones sobre su tratamiento y su vida, merecedores de desconfianza y deben permanecer encerradas, ya sea en instituciones de salud o penitenciarías. 
         Realidad: Este pensamiento desvalorizante genera conductas discriminatorias que atentan contra la dignidad humana. Es necesario la educación de la sociedad, la familia y el propio paciente, para evitar emociones negativas que generan miedo y rechazo. 

         Mito: Los problemas mentales son desencadenados por la propia persona y su familia.
         Realidad: Los trastornos o enfermedades mentales no son culpa ni de la propia persona, ni de sus familiares. Como ocurre en otros problemas de salud, es producto de un conjunto de factores que, en este caso, incluyen los factores biológicos, psicológicos y sociales. 

¿Enfermedad, trastorno o padecimiento mental?

Otra confusión común es como se llaman a los problemas mentales, esta es la definición correcta de cada término:

Enfermedad mental 

    Suele reservarse para aquellos procesos patológicos en donde la pérdida de salud se aplica de forma clara a enfermedades físicas o mentales. 

    Esquizofrenia, trastorno bipolar y la demencia, son ejemplos de enfermedades mentales. 

Trastorno mental 

    Es un término más amplio que se usa cuando existe una alteración genérica de la salud, sea o no consecuencia directa de una causa orgánica, en la que los determinantes psicosociales tienen un rol en su aparición y evolución. 

    Ejemplos de un trastorno mental sería el trastorno depresivo, la esquizofrenia y el trastorno bipolar. 

Padecimiento mental o psíquico 

    En este caso se refiere al sufrimiento, ya sea dolor o angustia, que se asocia a la pérdida de salud y puede o no acompañar a los trastornos y enfermedades mentales. 

    En otras palabras, se refiere al impacto o las consecuencias que desencadena una enfermedad o un trastorno mental. 

Enfermedades mentales más frecuentes

Existen unos 400 tipos de enfermedades mentales descritas hasta el día de hoy en el campo de la psiquiatría, pero las que se presentan con mayor frecuencia son las siguientes:

Trastornos depresivos

    Representan los trastornos mentales más frecuentes en la actualidad, para 2022 se estima que afectó a más de 280 millones de personas en todo el mundo, siendo una de las principales causas de discapacidad. 

Esquizofrenia y otras psicosis 

    Se trata de un trastorno mental grave que afecta a unos 24 millones de personas en todo el mundo. 

    Esta enfermedad se caracteriza por anomalías del pensamiento, la percepción, las emociones, el lenguaje, la percepción del yo y la conducta. Suelen ir acompañadas de alucinaciones y delirios. 

Esquizofrenia

Trastorno bipolar 

    Afecta a alrededor de 40 millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la alternancia entre episodios maníacos y depresivos, separados por períodos de estado de ánimo normal.

Demencia

    En 2022, aproximadamente 50 millones de personas padecían demencia. Es un trastorno crónico y progresivo en donde el deterioro de la función cognitiva va más allá de lo que podría considerarse consecuencia del envejecimiento normal. 

    Esta puede afectar la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. 

    Con frecuencias se acompaña del deterioro del control emocional, el comportamiento social y la motivación. 

    La demencia es causada por distintas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares.

Trastornos asociados a traumas y factores de estrés

    Son consecuencia de una exposición a un acontecimiento traumático o estresante. Entre ellos se incluyen concretamente el trastorno por estrés agudo y el trastorno por estrés postraumático.

Señales de que tu salud mental pueda estar afectada

    Saber cuando tu salud mental o la de tu familiar esta comprometida puede ayudar a detectar estos problemas a tiempo. Estos son algunos síntomas iniciales de los problemas mentales:  

         Poca energía

         Sientes que ya no puedes más

         Aumento o pérdida del apetito

         Descontrol en los hábitos de sueño

         Dificultad para relacionarte con otras personas

         Cambios bruscos del estado de ánimo

         Tienes ataques de ansiedad e hiperventilación

    El diagnóstico precoz de una enfermedad mental podría evitar desenlaces fatales. 

    Si tu o un familiar cercano tiene síntomas que podrían sugerir una enfermedad mental no dudes en consultar con un médico.


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