La lesión del plexo braquial es una patología poco frecuente en la población general, que presenta gran complejidad anatómica y estructural. Hoy te muestro un repaso de esta interesante patología.
Anatomía del plexo braquial
El plexo braquial se encarga de la inervación motora de todos los músculos, así como la inervación cutáneo-sensorial y las funciones autónomas del miembro superior.
Anatómicamente, consiste en una red nerviosa que envía y recibe señales de la médula espinal, con relaciones anatómicas que se extienden desde la región latero cervical hasta la axila distal.
A lo largo de su recorrido a través del canal cérvico axilar se relaciona con músculos del cuello, clavícula y axila, entre otras estructuras nerviosas, vasculares, linfoides y tendinosas.
Estas relaciones exponen al plexo braquial a diversas patologías y lo hace propenso a lesionarse, especialmente en accidentes traumáticos.
Tanto el plexo braquial izquierdo como el derecho, se forman a partir de las ramas ventrales de los nervios espinales C5, C6, C7, C8, T1.
Estos cinco nervios se reordenan para formar tres troncos:
● Tronco Superior, formado de la unión de C5 y C6.
● Tronco medio, que es la continuación de C7.
● Tronco inferior, formado entre C8 y T1.
A su vez, estos troncos posteriormente se dividen en una división anterior y otra posterior. La unión de las divisiones anteriores del tronco superior y medio forman el cordón lateral.
El cordón medial es la continuación de la división anterior del tronco inferior, mientras que la unión de las tres divisiones posteriores, forman el cordón posterior.
A partir de cada cordón se originan las ramas terminales dirigidas a los músculos del hombro, brazo, antebrazo y mano.
Los nervios musculocutáneo, mediano, cubital, radial y axial, son ramas terminales del plexo braquial.
Tipos de lesiones del plexo braquial
La clasificación de la lesión del plexo braquial será fundamental para elegir el tratamiento adecuado y determinar el pronóstico.
Existen tres grados de lesión: neuropraxia, axonotmesis y neurotmesis.
Neuropraxia
En la neuropraxia solo existe daño funcional del nervio, las estructuras axonales y el tejido conectivo están intactos.
En este tipo de lesión el nervio no puede conducir el potencial de acción, por lo que existen síntomas motores y sensoriales, sin embargo, la atrofia relacionada con la denervación está ausente.
Esta lesión es transitoria y dura aproximadamente a las 2 semanas, cuando existe una recuperación completa de la función nerviosa.
Generalmente, está asociada a actividades deportivas y es el tipo de lesión del plexo braquial más frecuente.
Axonotmesis
En estos casos el axón si es afectado como consecuencia de traumatismos graves.
El axón distal al sitio de la lesión se degenera y sus fibras musculares pierden la inervación y los estímulos tróficos, lo que resulta en una atrofia muscular relacionada con los mecanismos de denervación.
Estas fibras musculares huérfanas pueden reinervarce a través de dos mecanismos:
Reinervación de nuevo crecimiento
En donde los axones de la parte proximal del nervio dañado crecen y recuperan sus fibras musculares.
Reinervación colateral
En este mecanismo, los axones adyacentes adoptan estas fibras musculares huérfanas, a través del brote colateral de terminales axonales dentro del músculo.
El pronóstico de la axonotmesis es complicado y necesitan un monitoreo cuidadoso a lo largo de la rehabilitación.
Con la rehabilitación se puede obtener una suficiente recuperación funcional espontánea o, por el contrario, malos resultados que derivan en el tratamiento quirúrgico.
Neurotmesis
La neurotmesis representa el escenario más dramático de las lesiones del plexo braquial.
Aquí resultan dañadas todas las estructuras del nervio, por lo tanto, las fibras motoras y sensoriales se interrumpen por completo.
Se pierde la inervación motora y los estímulos tróficos completamente, determinando una atrofia severa y pérdida de la función nerviosa.
La recuperación espontánea de la neurotmesis es imposible y el tratamiento es netamente quirúrgico.
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Síntomas de la lesión del plexo braquial
Los signos y síntomas pueden variar de acuerdo a la ubicación y al grado de lesión que se presente, afectando por lo general un solo brazo.
En las lesiones leves, por estiramiento o compresión del plexo braquial, se pueden presentar parestesias y paresia del brazo afectado.
Cuando la lesión es más grave, por desgarro o rotura de los nervios, puede surgir un dolor intenso en el brazo, paresia o plejía de los músculos afectados y pérdida de la sensibilidad.
Diagnóstico de la lesión del plexo braquial
Además del examen físico puede ser necesario realizar algunas pruebas para determinar el alcance de la lesión:
Radiografía del hombro y cuello
Para descartar fractura de hombro y otras lesiones asociadas que pueden afectar al plexo braquial.
Electromiografía y pruebas de conducción nerviosa
Nos indicará si hay afectación motora o sensitiva de los nervios del plexo braquial.
Resonancia magnética o tomografía con contraste
Con estas imágenes podremos observar el alcance completo de la lesión, así como posible afectación de arterias o músculos circundantes, que pueden influir en la reparación y recuperación del plexo braquial.
Tratamiento de la lesión del plexo braquial
La mayoría de las lesiones del plexo braquial postraumáticas, determinan deficiencias motoras y sensoriales relevantes del miembro superior, con discapacidad y limitaciones funcionales, que pueden deteriorar la calidad de vida del paciente.
El tratamiento de esta neuropatía periférica va a estar determinado por el tipo de lesión:
En la neuropraxia el tratamiento es conservador y la recuperación es completa al cabo de dos semanas.
La axonotmesis tiene un enfoque conservador, con un seguimiento continuo del proceso de renovación.
En caso de una restauración insuficiente de la función, se puede evaluar la necesidad del tratamiento quirúrgico.
La neurotmesis requiere tratamiento quirúrgico temprano.
Rehabilitación del plexo braquial
Los principales objetivos del proceso de rehabilitación de una lesión del plexo braquial, van dirigidos a:
● La protección del área lesionada
● Evitar otros daños de las estructuras nerviosas
● Control del dolor
● Manejo de los síntomas sensoriales
● Limitación de la atrofia muscular
● Mejorar la fuerza
● Restaurar la función muscular
La fisioterapia, con estiramientos y estimulación eléctrica, ha demostrado ser eficiente en la recuperación de la función nerviosa, la disminución del dolor y la prevención de la atrofia muscular durante la recuperación del paciente.
El manejo del dolor resulta difícil en algunos casos de lesión del plexo braquial. Estos pacientes pueden tratarse con opioides para los dolores neuropáticos.
También los antiepilépticos, como la pregabalina o la gabapentina, han demostrado efectos positivos en el alivio del dolor neuropático postraumático.
Otro aspecto importante durante el proceso de recuperación, es la prevención de lesiones asociadas a la parálisis braquial.
Los soportes de hombro pueden ayudar a aliviar el peso del brazo y brindar soporte para prevenir la subluxación de la articulación glenohumeral.
Cirugía del plexo braquial
La cirugía está reservada para los casos más graves o para los que no lograron una recuperación funcional suficiente después de la rehabilitación.
Entre los procedimientos disponibles actualmente para la reparación de las lesiones del plexo braquial, están:
● Neurolisis o liberación del nervio
● Injerto de nervio
● Neurotización, la transferencia puede ser intraplexo o extraplexo
● Artrodesis
● Transferencia de tendón
● Transferencia de músculo libre funcional
● Reconstrucción biónica
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