La joroba o giba en jóvenes, es una deformación de columna vertebral que hace que se curve de forma exagerada y genere un aspecto encorvado de la espalda. En términos médicos esta curvatura se conoce como cifosis.
Hoy veremos una de las causas de joroba en adolescentes, específicamente, la cifosis juvenil de Scheuermann.
¿Qué es la cifosis juvenil de Scheuermann?
La cifosis juvenil de Scheuermann es una deformidad estructural de la columna torácica o toracolumbar, que altera la postura y produce una curvatura exagerada de la columna toracolumbar.
Suele desarrollarse antes de la pubertad, entre los 8 y 12 años, y empeora durante la adolescencia.
El dolor de espalda es frecuente en estos pacientes y generalmente se agrava al estar de pie, sentados o posterior al trabajo físico.
La enfermedad es leve en la mayoría de los casos, pero pueden presentarse cifosis que progresan hasta la etapa adulta, siendo causa de deformidad significativa y dolor incapacitante.
Se considera que la enfermedad de Scheuermann es la causa más frecuente de hipercifosis angular (curvatura exagerada), estructural, progresiva y dolorosa de la columna toracolumbar en adolescentes, y la segunda causa de dolor de espalda en niños y adolescentes tras la espondilólisis.
¿Qué causa la enfermedad de Scheuermann?
A diferencia de la cifosis postural, que se sabe ocurre por la posición adoptada por las personas, especialmente en las niñas al crecer sus senos o los niños muy altos, la enfermedad Scheuermann tiene un origen incierto.
Se considera que tiene un origen hereditario, ya que es propio de ciertas familias, afectando principalmente a los varones, pero su patrón de transmisión genética aún no se ha podido definir.
Características de la cifosis de Scheuermann
Los jóvenes con cifosis juvenil, presentan una hipercurvatura torácica angular bien definida, que generalmente se acompaña de hiperlordosis cervical y lumbar, de carácter compensatorio.
Esto quiere decir que la curva de la columna torácica se pronuncia hacia la espalda, formando la joroba.
Mientras que la columna cervical y lumbar aumentan su curvatura hacia el abdomen para compensar.
El cuello y la cabeza adoptan una posición anterior, con aspecto de protrusión hacia adelante, conocida como ”deformidad en cuello de ganso'', y los hombros en ocasiones también adoptan la misma protrusión anterior.
Los adolescentes con la cifosis juvenil de Scheuermann no pueden enderezar la curvatura de su espalda al enderezarse, a diferencia de la cifosis postural que desaparece cuando el joven se endereza.
Dolor por cifosis juvenil
El dolor se presenta en el 50% de los casos, el cual se empeora cuando pasan mucho tiempo parados, sentados o después de un esfuerzo físico.
Algunos adultos con enfermedad progresiva, sin ningún tratamiento durante su desarrollo, pueden llegar a presentar dolor incapacitante, si la deformidad es importante.
El dolor suele localizarse a los lados de la columna o en el punto más alto de la cifosis, pero también se puede presentar por encima o por debajo de la cifosis, con dolor de cuello o lumbar.
Tratamiento de la cifosis juvenil de Scheuermann
El tratamiento para la enfermedad de Scheuermann, tiene que ser individualizado y ajustado a las necesidades reales de cada paciente y al contexto en el cual se desenvuelve.
La decisión final del tratamiento va a estar relacionada con la presencia de dolor, la gravedad y progresión de la cifosis, deformidad estética y sus implicaciones psicológicas.
En los casos más leves, donde el incremento de la cifosis no es pronunciado y no existe evidencia de empeoramiento de la deformidad, solo se necesitará seguimiento clínico y radiológico, hasta alcanzar la madurez esquelética.
Por otro lado, la fisioterapia sirve para mejorar la contractura muscular y el dolor, sin embargo, no produce ningún efecto sobre el desarrollo de la deformidad.
El uso de corsé ortopédico en etapas tempranas y enfermedad leve mejora la deformidad de la columna y alivia el dolor.
Cuando la fisioterapia y los ejercicios, se combinan con una buena ortesis, se potencian los beneficios de ambas, en cuanto a la disminución de los síntomas. En casos extremos se puede plantear el tratamiento quirúrgico, pero no es lo habitual en estos pacientes.
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