
La automedicación consiste en utilizar un
medicamento, sin ser indicado o autorizado por un médico. Los adultos lo hacen
de forma habitual para tratar el dolor de cabeza, dolor de estómago y a veces
para infecciones. Lo hacen de forma consciente y por decisión propia.
Pero en los niños es distinto, se lo conoce como medicación por poderes, ya que los niños no son los que deciden tomar la medicina. Son sus padres o responsables del cuido quienes medican a los niños, sin indicación del médico, bajo su propia interpretación subjetiva de la enfermedad del bebé.
Cuidado con los medicamentos de venta libre
Existen medicamentos que son de venta libre en
la farmacia, es decir, no necesitan un récipe médico, generalmente se
usan para tratar síntomas banales como dolores de cabeza, resfriados, tos y
malestar estomacal. Estos son los principales medicamentos usados para la
automedicación.
La automedicación con medicamentos que necesitan récipe médico para su venta, se conoce como auto prescripción. Esto supone un riesgo mucho mayor, ya que estos medicamentos deben usarse con cuidado y con especificaciones exactas, para no causar daños en el niño.
No todas las enfermedades se tratan igual
La mayoría de los medicamentos utilizados para
la automedicación, son restos de tratamientos usados anteriormente, en otros
hijos o en enfermedades previas del mismo niño. Al ver síntomas parecidos,
deciden utilizar el mismo medicamento, bajo la premisa de “si funcionó antes,
ahora debe funcionar igual”.
Antes de usar cualquier medicamento en tu niño, consulta primero con el pediatra. El conoce bien los efectos adversos, la dosis necesaria y la indicación formal de estos medicamentos.
La automedicación en niños, es distinta que en adultos
En el caso de los niños, antes de administrar
un medicamento, hay que tener en cuenta la dosis correcta, interacción con
otros medicamentos, alergias a medicamentos, reacciones adversas y otras
enfermedades.
En el adulto, la dosis es única para la mayoría
de los medicamentos, en los niños las dosis se calculan en función de la
edad y el peso del bebé. Una dosis por encima de lo adecuado puede causar
efectos adversos, incluso intoxicar al niño, poniendo en riesgo la vida del
niño.
Las dosis inferiores exponen al niño a los efectos adversos, sin tener acción sobre el síntoma o enfermedad que se desea tratar. Esto toma mayor importancia en los antibióticos, dónde dosis menores a la correcta pueden crear resistencia bacteriana en el pequeño, hacer que la infección progrese y se haga más grave.
Antibióticos en los niños
Los antibióticos sólo son efectivos para
combatir bacterias, no hacen ningún efecto en procesos virales. Los
resfriados comunes, dolor de garganta, diarrea, en su mayoría son causados por
virus y suelen sanar sin el uso de antibióticos.
Algunas bacterias no son nocivas para la salud,
incluso son beneficiosas, como los lactobacilos que habitan en el intestino,
la llamada flora intestinal; ayudan en el proceso de la digestión de los
alimentos.
Los antibióticos pueden eliminar la flora bacteriana del intestino y crear problemas de absorción y digestión a nivel intestinal, incluso causando diarrea en los niños, conocida como diarrea por medicamentos.
Resistencia bacteriana en los niños
Cuando utilizamos los antibióticos de forma
inadecuada, las bacterias mutan de tal modo, que los antibióticos en un futuro
no serán capaces de combatirlas. Es lo que se conoce como resistencia
bacteriana o resistencia a los antibióticos.
Para combatir estas bacterias, se necesitan medicamentos más fuertes o a dosis mayores, aumentando el riesgo de presentarse los efectos adversos. El uso indiscriminado de antibióticos en la actualidad, ha hecho que muchas bacterias sean resistentes a los antibióticos más usados.
Consecuencias de la automedicación en niños
Medicar a tu hijo sin indicación del médico
puede afectar a tu bebé, te dejo una explicación de porqué no debes automedicar
a los niños:
- Dosis errada del medicamento, los cálculos para la dosis correcta de cada medicamento varían de uno a otro. Dosis inferiores no harán el efecto deseado y dosis mayores pueden desencadenar los efectos adversos o producir intoxicación, poniendo en riesgo la vida del bebe.
- Retrasos en el diagnóstico, los medicamentos pueden enmascarar ciertos síntomas por un tiempo, lo que retarda la consulta con el médico pediatra.
- Mayores gastos personales y públicos, los retrasos en el diagnóstico pueden derivar en complicaciones de las enfermedades, lo que implica la necesidad de utilizar mayor número de medicamentos y hospitalizaciones prolongadas, que pudieron evitarse con la consulta oportuna.
- Reacciones adversas, como padres queremos lo mejor para nuestros hijos, sin embargo, a veces por tratar de ayudar, podemos empeorar las cosas, desencadenando reacciones adversas por el mal uso de los medicamentos.
- Resistencia a los antibióticos, el uso indebido de los antibióticos genera resistencia en las bacterias, siempre debes consultar a tu médico antes de administrar antibióticos en tu niño.
- Interacciones con otros medicamentos, si tu bebé está en tratamiento con otros medicamentos, antes de comenzar a darle uno nuevo, consulta a tu pediatra. Hay medicamentos que pueden potenciar o disminuir la acción de otros.
Lo que dice la OMS sobre la automedicación
La organización mundial para la salud está de
acuerdo con la automedicación de forma responsable, para ciertos síntomas leves
que se puedan manejar en casa. De esta manera se descongestionan los servicios
hospitalarios y se otorga responsabilidad en el auto cuidado.
En cuanto a la automedicación en pediatría aún
no está claro, por las dificultades del tratamiento y la vulnerabilidad de los
niños. Por tanto, es importante siempre consultar al pediatra antes de iniciar
cualquier tratamiento de tu bebé.
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